El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) lideró una investigación que logró cambiar rizobios que se utilizan en la agricultura. Son bacterias para la fijación biológica de nitrógeno parte fundamental del proceso de producción. Los resultados preliminares indican una mejora del 6% en la productividad.
Según los especialistas, la edición genética solo se había utilizado en bacterias de fácil manipulación. Este hito, producido por la avanzada tecnológica, reducirá hasta un 10 % los costos de fertilización en rotaciones con cereales.
Además de lograr mayor eficiencia, promueve la sustentabilidad que la comunidad científica.
La investigación fue financiada por el INTA y el Fontagro, con especialistas involucrados de Argentina, Uruguay, Chile, Colombia y España.