En contraste con la evolución que ha mostrado el precio de la carne en relación con la inflación, el valor de la hacienda gorda ha entrado en los últimos meses en una especie de meseta.
Según reporte Rosgan, desde mediados de marzo, el precio del novillito no se ha movido, registrando un virtual estancamiento en términos nominales, con promedios para la categoría que oscilan entre los $3.000 y $3.100 por kilo, sin una tendencia definida.
Si bien, al igual que el precio de la carne, el aumento del gordo en lo que va del año supera el incremento general de la inflación (27,9% frente al 13,5% del IPC), las mayores subas se registraron en los primeros meses del año, en marcado contraste con la evolución observada en los
últimos dos a tres meses.
Así, según Rosgan, los números del engorde ya comienzan a registrar márgenes más ajustados y, a medida que avancen los meses, podrían deteriorarse aún más, conforme los precios de reposición del ternero sigan también a su comportamiento habitual de encarecimiento frente a la escasez.



