Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la siembra 24/25 de soja en la región núcleo presenta rindes estancados hace más de una década, según técnicos y genetistas.
El problema principal no es la genética, sino el mal manejo agronómico: falta de fertilización (especialmente fósforo), suelos degradados física y químicamente, y bajo uso de tecnologías. Las estrategias defensivas (por márgenes bajos o alquileres) explican la caída en inversiones claves como inoculación, control de malezas y rotaciones.
Junto con el maíz, ambos cultivos tienen muy baja mejora de rindes a lo largo del tiempo. La soja es más estable pero con menor potencial de mejora en condiciones óptimas. El maíz, aunque más volátil, puede dar retornos significativamente mayores. Especialistas advierten que sin márgenes positivos, la adopción tecnológica sigue cayendo y eso impide que la genética rinda frutos.







