La Niña castigó la mayor parte de los pastizales argentinos. Los años consecutivos de lluvias irregulares durante los meses de verano fueron decisivos para acelerar el desgaste de los pastos, lo que a su vez se tradujo en una menor capacidad productiva de
la ganadería local, lo que provocó la merma del ganado, de acuerdo con análisis de SAFRAS & Mercado.
De acuerdo con los analistas, la caída en la zafra de granos también perjudicó de manera incisiva al ganado vacuno en Argentina. Ante un escenario de pastizales en peores condiciones, aumentó la necesidad del confinamiento, que resultó especialmente desafiante en años de precios bastante acentuados para la harina de soja, el maíz y el trigo,principales insumos adoptados en la
alimentación animal. Los márgenes de confinamiento fueron negativos, lo que aumentó el incentivo para faenar hembras
Según el USDA, el ganado de Argentina tiende a reducirse en torno a un 0,52% en 2023, con aproximadamente 53 millones de cabezas. En términos de producción, el volumen estimado es de 3 millones de toneladas, una disminución de aproximadamente 4,46% con respecto a 2022.
«La buena noticia para el sector está precisamente en el cambio del fenómeno climático que aumenta la creencia en la recomposición del hato en América Latina. Esta correlación será especialmente importante en el contexto global, considerando la característica del ciclo alargado de la ganadería de corte, el momento de recuperación de los ganados coincidirá con el período de menor capacidad productiva del ganado bovino brasileño», indicaron los analistas.