El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, abrió la puerta a que el banco central de Estados Unidos recorte las tasas ya en su reunión del próximo mes, al afirmar que la perspectiva de una desaceleración más marcada en el mercado laboral puede reducir las preocupaciones de que el aumento de costos provocado por las tarifas alimente la inflación.
El balance de riesgos parece estar cambiando, dijo Powell en su discurso anual en el Simposio de Jackson Hole. Aunque los mercados laborales aún parecen estables, se trata de un tipo curioso de equilibrio que resulta de una fuerte desaceleración tanto en la oferta como en la demanda de trabajadores.
Esto llevó a una situación inusual en la que los riesgos de resultados peores a lo esperado en el mercado laboral están aumentando, afirmó. Y si esos riesgos se materializan, podrían hacerlo rápidamente, en forma de despidos acentuados y aumento del desempleo, advirtió Powell.
Según señaló, con la tasa básica un punto porcentual por debajo del nivel de hace un año y el desempleo aún bajo, existe espacio para proceder con cautela en los cambios de política.
Con la política en territorio restrictivo, el escenario base y el balance de riesgos en cambio pueden justificar el ajuste de nuestra postura de política, afirmó.
Aun así, Powell moderó las expectativas de una serie agresiva de recortes, al destacar preocupaciones con la inflación, que se mantiene por encima de la meta del 2% de la Fed desde hace más de cuatro años.
Powell señaló que los efectos de las tarifas sobre los precios al consumidor ya son claramente visibles y deberían acumularse en los próximos meses. La cuestión para la Fed es si esos aumentos de precios elevarán de manera significativa el riesgo de un problema inflacionario persistente, dijo.
El presidente de la Fed también mostró algo más de confianza en un escenario base en el cual los efectos de los precios más altos de los bienes, debido a las tarifas, serían relativamente temporales. Sin embargo, advirtió que un aumento puntual en los precios no necesariamente se refleja de una sola vez, ya que lleva tiempo hasta que los ajustes tarifarios se propaguen a lo largo de las cadenas de suministro.
Aun así, remarcó que es posible que los aumentos de costos impulsados por las tarifas generen un problema inflacionario más duradero, por ejemplo, si los trabajadores que ven caer su ingreso real logran negociar salarios más altos con sus empleadores.
Dado que el mercado laboral no está particularmente ajustado y enfrenta riesgos crecientes a la baja, ese resultado no parece probable, afirmó.



