La guerra comercial tomó nuevos rumbos durante el feriado de Carnaval en Brasil, luego de que China impusiera represalias del 10% al 15% sobre productos agrícolas estadounidenses, incluida la soja, en respuesta a los nuevos aranceles anunciados por Donald Trump.
«Este movimiento debería redirigir la demanda china hacia América del Sur, ya que Brasil es el principal proveedor mundial del grano», proyecta el analista y consultor de Safras & Mercado, Rafael Silveira. «Con la nueva tarifa, la soja de Estados Unidos se vuelve menos competitiva en el mercado internacional, desincentivando las compras chinas y beneficiando, sobre todo, los negocios con Brasil», explica.
Cabe recordar que gran parte de las compras estacionales entre China y Estados Unidos ya se han realizado. «Aun así, una reducción en la demanda china del producto estadounidense tiende a aumentar los inventarios finales del país, lo que representa un factor negativo para la Bolsa de Mercancías de Chicago (CBOT)», advierte el consultor.
China es consciente de que Brasil atraviesa una súper cosecha, lo que hace que esta estrategia sea aún más eficiente. «Al reducir las compras de soja estadounidense, Pekín aprovecha los precios más bajos de Brasil, asegurando el abastecimiento de sus reservas sin dificultades», comenta el analista. «El resultado de esta dinámica es una presión a la baja sobre los contratos futuros en Chicago y una tendencia de mejora en las primas de la soja brasileña hasta finales de año», concluye. Las informaciones parten de Safras News.