La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó que la molienda de trigo en el primer semestre del año alcanzó 3,09 millones de toneladas (mi ton), el segundo valor más alto de los últimos 11 años.
A pesar de la caída de 50% en la producción entre años comerciales y de 80% en las exportaciones, producto de la grave sequía que perjudicó la campaña 2022/23, la molienda de trigo 2022/23 claramente no se vio afectada.
«Ante una caída de la producción local se priorizan las necesidades de consumo interno, mientras que la mayor parte del ajuste recae sobre la exportación», explican.
Por último, los analistas alertan por el potencial de la producción 2023/24 ante la caída de importación de fertilizantes, en un 33% durante el primer semestre en base anual.
«Sólo se produce a nivel local el 50% de la urea que se consume, mientras que se importa el total del resto de los productos. La falta de fertilización podría influenciar y limitar los rindes potenciales del cereal. Los rindes en la zona núcleo podrían caer entre 10 a 15 qq/ha si no se completan las fertilizaciones», concluyen.