Según la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), el 74,8% del precio de la carne corresponde a tributos nacionales, mientras que el 18,5% a provinciales y el 6,7% a municipales. El IVA (37,3%) y el Impuesto a las Ganancias (27,2%) son los más relevantes.
Comparado con agosto de 2024, aumentó la participación del Estado y también las ganancias de la cadena, mientras que los costos perdieron peso.
El precio promedio del kilo de carne bovina fue de $10.221 en febrero. Este valor se compone en un 59,3% por costos de producción, 25,4% por impuestos y 15,3% por ganancias. Dentro del precio final, la cría representa el 27,9%, el feedlot el 23,6%, el frigorífico el 2,4%, la carnicería el 20,7%, y los impuestos el 25,4%. La carga impositiva total supera incluso la participación de la carnicería y el frigorífico juntos.
Durante el período agosto 2024 febrero 2025, los precios de todos los eslabones de la cadena de la carne aumentaron por encima de la inflación acumulada (17%), lo que significó una mejora real de los ingresos en el sector. El precio del ternero subió 33%, el del novillito 34%, la carne al gancho 29% y el precio al consumidor 41%. Al mismo tiempo, el índice de salarios subió 25,3%, lo que permitió que el poder adquisitivo se mantuviera o incluso mejorara.
El transporte representa el 1,7% del precio final ($172 por kilo) y los costos laborales el 11,4% ($1.160), con mayor peso en el sector comercial. Por eslabón, la cría aporta un valor de $3.338 por kilo de carne al mostrador, el feedlot lleva ese valor a $5.905, el frigorífico a $6.329 y la carnicería lo eleva a $9.250. Finalmente, con la suma del IVA ($971), se alcanza el precio final pagado por el consumidor: $10.221 por kilo.







