La campaña de trigo 2025/26 en Argentina promete ser récord en producción y en rindes, lo que permitirá medir el desempeño de las 12 variedades desarrolladas por el INTA.
El potencial del cultivo depende de la interacción entre genética y ambiente: cuando las condiciones acompañan, podemos ver con claridad todo lo que la genética es capaz de expresar, Dionisio Gómez, responsable de la red nacional de ensayos de trigo coordinada por el Instituto
Nacional de Semillas (INASE).
Actualmente, el INTA cuenta con un portfolio completo de materiales: 4 variedades de ciclo largo, 3 intermedio y 2 corto, adaptadas a distintas regiones del país; 2 líneas de calidad grupo uno, con alto valor panadero; y 1 material Clearfield, resistentes a herbicidas del grupo de las imidazolinonas. Esta diversidad genética busca ofrecer alternativas estables y competitivas que respondan a los desafíos sanitarios y productivos de cada ambiente.







