El mercado financiero en Argentina comenzó a cobrar protagonismo en los últimos años, de la mano del aumento de la inflación y las crisis económicas, sirviendo como un refugio para los ahorristas que querían invertir o al menos resguardar sus fondos.
En este contexto los bonos, acciones y cedears mostraron una explosión como opciones de inversión, sobre todo en las nuevas generaciones. La propia Comisión Nacional de Valores (CNV) publicó en octubre de 2024 una resolución habilitando a los mayores de 13 años a realizar toda inversión en el mercado de capitales, con el permiso y asesoramiento de los padres.
Alternativas de inversión
Un bono es un título de deuda emitido por una institución pública o por una persona jurídica privada como lo es una empresa. El emisor, sea público o privado, se compromete a reintegrar el capital más los intereses al inversor que adquirió el bono.
Son instrumentos de renta fija porque quien los emite determina las condiciones de dicha emisión según sus propias necesidades de financiamiento y sus posibilidades de pago. Existen bonos en diversas monedas y plazos, a tasa fija o variable, indexados, con garantías de renta, entre otras opciones.
Algunos de los beneficios de invertir en bonos es que es un flujo de ingresos predecible dado que se reciben pagos de intereses periódico o un pago total al vencimiento. Asimismo, hay una variedad de plazos y monedas y es una herramienta que brinda transparencia dado que suelen estar regulados y se encuentra fácilmente información pública sobre su emisión, condiciones y riesgos asociados.
También están las acciones, tal vez, la opción más conocida dado que representa una participación en la propiedad de una empresa, que incluye un derecho sobre las ganancias y los activos de la empresa.

El Merval es el principal índice bursátil de Argentina. Representa el comportamiento de las acciones más líquidas y representativas que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA). El índice funciona como un indicador clave del mercado accionario local.
Cómo explica la Bolsa de Comercio, a través de la compra de acciones el inversor se convierte en dueño de empresas que se encuentran en la oferta pública y poseen autorización de listado en un mercado.
Así, el inversor participa del crecimiento y las ganancias que pueden tener los diferentes sectores al adquirir acciones de empresas del agro, siderurgia, petróleo, sistema financiero, servicios públicos —energía, agua, comunicaciones—, construcción, madera, productos químicos, editoriales, etc.
El accionista tiene derecho a asistir a las asambleas y a participar de las decisiones que allí se toman en proporción a la cantidad de acciones que posea; por lo general, cada acción equivale a un voto. Una de sus ventajas, es que a largo plazo, las acciones permiten a los inversores recibir ganancias acordes con la evolución de la economía.
El precio al que se negocian las acciones es el resultado de la oferta y la demanda. Asimismo, los inversores pueden obtener ganancias a través del cobro de dividendos.
Otra opción son los cedears, que son certificados que representan el depósito de acciones de sociedades extranjeras que no tienen autorización de oferta pública en Argentina. Las acciones están depositadas en su mercado de origen y lo que se negocia acá es un certificado que acredita la existencia de dicho depósito.
En resumen, es un instrumento que permitir invertir desde la plaza local, en acciones de empresas extranjeras que cotizan en bolsas y mercados del exterior. Entre sus ventajas se destaca que es una forma fácil de invertir en activos como por ejemplo en acciones de empresas internacionales y gigante tecnológicos como Apple, Amazon, Google, por nombrar algunas.
Las ganancias que genera un cedear resultan de la variación de su precio en el mercado según la oferta y demanda del instrumento. Este precio mantiene una relación con el precio del activo subyacente pero no es necesariamente igual.
Por otro lado, hay certificados que tienen como subyacentes acciones o ADRs (American Depositary Receipt) y pagan dividendos. En estos casos, los inversores obtendrán los dividendos derivados de sus activos teniendo en cuenta la relación cedear-activo subyacente, es decir, cuántas acciones o ADR representa el cedear.



