Argentina está atravesando una etapa de transición monetaria y económica caracterizada por volatilidad financiera y retos en la actividad y la política fiscal, pero con fundamentos macroeconómicos que ofrecen cierto grado de fortaleza para enfrentar los desafíos próximos, según los analistas de BTG Pactual.
La fase «3.5» del programa de estabilización que eliminó los LEFIs y promovió su reemplazo por Lecaps fue complicada, generando alta volatilidad financiera, aumento de tasas internas y presión sobre el tipo de cambio.
La transición evidenció falta de comunicación y coordinación con los bancos, lo que llevó a tensiones en el mercado y una reacción abrupta del gobierno para controlar la liquidez.
«A pesar de la debilidad económica, esta dinámica ayuda a que el déficit de la cuenta corriente no se descontrole, sumado a un tipo de cambio menos apreciado. El sector bancario sigue siendo un pilar para la recuperación económica, con altos niveles de capital y un crecimiento que empieza a estabilizarse. Sin embargo, el sistema enfrenta desafíos para adaptarse a las nuevas condiciones de liquidez y tasas, además de la necesidad de mejorar modelos de evaluación crediticia ante la heterogeneidad de prestatarios», explican desde BTG.
La inflación se mantiene bajo control, aunque se anticipa un leve repunte en julio por factores estacionales y aumentos en combustibles. Por ahora, el impacto del tipo de cambio en la inflación ha sido limitado, pero podría manifestarse más en agosto.
