La participación del Estado argentino aumentó a 63,6% sobre la renta agrícola a través de una combinación de impuestos nacionales, provinciales y municipales, según la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). En marzo, la medición trimestral había sido de 58%.
Dentro de este total, los impuestos nacionales no coparticipables —principalmente derechos de exportación y el impuesto al cheque— explican el 63,8%, lo que muestra una fuerte concentración de la carga fiscal en el gobierno central.
Los impuestos nacionales coparticipables, como el impuesto a las ganancias y los saldos técnicos de IVA, representan el 28,4% del total, y son parcialmente distribuidos a las provincias.
A nivel subnacional, los tributos provinciales (como el inmobiliario rural, ingresos brutos y sellos) representan el 6,8%, y los municipales, apenas el 1%, aunque con variaciones según la jurisdicción.
El informe subraya un problema de federalismo fiscal: la actividad agrícola, de naturaleza federal y regional, está gravada principalmente por impuestos nacionales no coparticipables.
«Una caída de precios, lleva a una menor renta agrícola dado que cae el valor de la producción, lo que se traduce en una mayor participación del Estado en la renta agrícola», concluyen.




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