Los analistas de Itaú consideran que, a pesar de la tendencia desinflacionaria, persisten riesgos como la depreciación del peso mexicano, sequías y un mercado laboral ajustado. De esta forma, concluyen que la inflación cerrará 2025 en 3,9% y que el banco central recorte la tasa de interés a 8,5% en mayo.
La inflación quincenal de México en la segunda mitad de marzo fue de 0,21%, en línea con las expectativas del mercado. La inflación subyacente fue de 0,18%, también dentro de lo previsto.
En términos anuales, la inflación general se aceleró a 3,93% y la subyacente a 3,72%. El aumento se debió principalmente a subas en productos agrícolas como tomate, aguacate y limón, mientras que los precios de la energía bajaron.