Según cifras preliminares, el 2024 finalizaría con una nueva caída en número total de vientres útiles, que podría situarse entre los 500 mil y 800 mil vientres menos que los contados un año atrás.
Según explica Rosgan, si bien el número general de stock ganadero probablemente termine manteniéndose sin cambios al final de este ciclo que acaba de concluir, el hecho de no recuperar vientres productivos es lo que genera mayor exposición ante aquellas variables que se encuentran fuera de control, como, por ejemplo, el clima.
«Una cantidad de vientres en producción que aún no logra consolidarse no solo nos deja vulnerables frente a adversidades climáticas que puedan comprometer la eficiencia reproductiva del rodeo, sino que, a su vez, restringe significativamente el potencial de crecimiento y expansión durante años más benignos», explicaron los analistas.