La Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA) anunció que, a mediados de julio, se han vendido 23 millones de toneladas, equivalente al 47% de la producción proyectada, situándose 2 puntos porcentuales por encima del ciclo previo y 3 por debajo del promedio de las últimas cinco campañas.
De las 23 millones de toneladas comercializadas, el 65% tiene precio, en línea con la campaña anterior y el promedio de las últimas cinco campañas (67%).
En mayo se realizaron la mayor cantidad de fijaciones, cuando la brecha cambiaria promedió el 25%. En junio, la brecha aumentó al 40%, lo que resultó en una disminución promedio de USD 23 por tonelada en el precio disponible de la soja ajustado en dólares.
El ciclo comercial de la soja abarca de abril a marzo, con picos de venta en abril y mayo. Aproximadamente el 30% de la producción se comercializa al inicio de abril, aumentando al 50% a finales de mayo y alcanzando casi el 90% en diciembre. La campaña 2023/24 estima una producción nacional de 49 millones de toneladas.
Desde la devaluación del 13 de diciembre de 2023, el precio disponible de la soja en pesos ha aumentado un 6%, mientras la inflación acumulada ha sido del 80%. Durante este periodo, el tipo de cambio exportador (dólar blend) subió un 17% y el precio internacional de la soja bajó un 17%.
El precio de la soja en pesos en el mercado local se ha mantenido casi constante desde la devaluación, pero ha sido superado por la inflación, reduciendo el poder adquisitivo de la oleaginosa.
En términos reales, el precio actual de la soja en pesos, ajustado a los valores de diciembre de 2023, es de $185.000 por tonelada, inferior a los $216.000 previos a la devaluación. Esta pérdida de poder adquisitivo podría desincentivar o retrasar la comercialización de la soja, a la espera de un aumento en su valor, que podría resultar de incrementos en los precios internacionales, un aumento en el tipo de cambio, o una reducción en los derechos de exportación.