En julio, el 40% de la región núcleo experimentó más de 100 horas con temperaturas por debajo de cero grados, afectando gravemente el cultivo de trigo en la zona estudiada por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El frío extremo y la falta de lluvias, que fueron las más secas en los últimos 60 años, causaron daños significativos. En Pergamino, se reportaron trigos muy afectados y la situación fue crítica, con problemas adicionales en carinata y cebadas.
La falta de agua, que persistió desde abril, se convirtió en el problema principal. Los efectos del frío exacerbaban los problemas de sequía, provocando la muerte de plántulas y una cobertura desigual en los lotes de trigo.
La tormenta esperada para el 24 de julio no aportó lluvias significativas, y el acumulado de precipitación en julio estuvo en camino de ser uno de los más bajos registrados.
Históricamente, solo cuatro julios en los últimos 60 años tuvieron menos de 4 mm de lluvia, y el de 2024 podría unirse a este grupo. La falta de agua también llevó a una pérdida promedio de más de 20 mm debido a la alta evapotranspiración en la región, exacerbando la crisis agrícola.