En el ámbito político, la incertidumbre rodea las políticas que adoptará el presidente electo Javier Milei, quien asumirá el cargo el 10 de
diciembre. Sus declaraciones han sido alentadoras para el sector exportador, destacando una política más libre en relación al agro y asegurando que el gobierno no intervendrá en las relaciones comerciales entre privados.
A pesar de las incertidumbres en las relaciones con Brasil y China, mercados cruciales para el sector, se espera que las exportaciones se vean favorecidas con la eliminación del cepo y la flexibilización de regulaciones, aunque no se implementará de forma inmediata.
La realineación de precios relativos, con un dólar al alza, se proyecta como una consecuencia, evidenciada por la corrección al alza en los contratos del dólar futuro, lo que traerá competitividad al sector, dijo el informe.
Uno de los aspectos clave para el próximo año para la ganadería argentina será la implementación de un ciclo de retención de vientres. La reciente liquidación de animales ha reducido la disponibilidad, llevando a la estrategia de retener hembras para su uso en cría y
recría, indicaron analistas de Safras & Mercado.
La liquidación de vientres impactará la disponibilidad de terneros y novillos, afectando tanto la oferta interna como la exportación. La escasez de estos animales se prolongará al menos dos años, generando una mayor demanda de novillos de exportación y elevando los precios de los animales terminados a corral, exacerbados por el aumento en el precio del maíz y su limitada disponibilidad.
En síntesis, analistas explican que la eliminación de regulaciones y un dólar fortalecido otorgan mayor flexibilidad al exportador, potenciando su competitividad en el ámbito internacional y generando mayores márgenes de rentabilidad en las exportaciones. Sin embargo, es imperativo que ejerzan precaución y estén plenamente alerta ante la disminución del stock de novillos, ya que
una oferta nacional reducida en los mercados internacionales podría poner en riesgo las relaciones comerciales y los contratos de exportación existentes.
A nivel local, se prevé una migración del consumidor hacia otras proteínas debido al aumento de precios en la carne vacuna. Los productores, buscando maximizar rentabilidad, retendrán ganado flaco, generando escasez local y ofreciendo oportunidades a los sectores avícola y porcino.